El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia criticó duramente el domingo la cumbre del G7 celebrada en Hiroshima, Japón, calificándola como un evento «politizado» en el que se vertieron declaraciones antirrusas y antichinas. Además, acusó al foro de socavar la estabilidad mundial.
La reacción de Rusia se produjo luego de que los líderes de las democracias más ricas del mundo afirmaran que no darían marcha atrás en su apoyo a Ucrania, en una clara advertencia al presidente ruso, Vladimir Putin, tras su afirmación de haber tomado la ciudad oriental de Bajmut, algo que fue negado por Kiev.
A través de un comunicado publicado en Telegram, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso declaró que el G7 se había «deteriorado irreversiblemente» y que el foro se había convertido en una «incubadora» donde, bajo el liderazgo de los anglosajones, se preparaban iniciativas destructivas que socavaban la estabilidad mundial.
La declaración emitida por Rusia acusaba al G7 de avivar la «histeria» antirrusa y antichina, sugiriendo que el foro había adoptado una postura hostil hacia ambos países. Estas acusaciones reflejan las tensiones geopolíticas existentes entre Rusia y las potencias occidentales.
El comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso resalta la percepción de que la cumbre del G7 se ha convertido en un espacio en el que se expresan posturas contrarias a los intereses rusos y chinos, lo que ha llevado a una creciente brecha entre Rusia y las democracias occidentales.
El evento en Hiroshima ha dejado claro que persisten las diferencias y desacuerdos entre Rusia y las potencias occidentales, especialmente en lo que respecta a Ucrania y otros temas de política exterior. La retórica antirrusa y antichina expresada en la cumbre refuerza la visión de Rusia de que existe una actitud hostil hacia sus intereses por parte del G7.
Las tensiones entre Rusia y las potencias occidentales siguen siendo un desafío importante para la estabilidad mundial, y es necesario un diálogo constructivo y un esfuerzo conjunto para abordar las diferencias y evitar una escalada de conflictos. El futuro de las relaciones internacionales dependerá en gran medida de la capacidad de las partes involucradas para encontrar puntos de entendimiento y promover la cooperación en beneficio de la estabilidad global.
