El reciente despido de Diego Cocca como entrenador de la Selección Mexicana ha generado una sacudida en el fútbol mexicano. Esta decisión no solo ha representado un reinicio en el proyecto deportivo del equipo nacional, sino que también ha marcado un cambio de poderes en la Federación Mexicana de Fútbol (FMF), hecho evidente a través de la reacción de algunos periodistas y colaboradores de TV Azteca.
Resulta curioso cómo los comunicadores más críticos ante la salida de Diego Cocca han sido Christian Martinoli y Luis García, ambos de TV Azteca. Han arremetido con todo contra la decisión del nuevo Comisionado de la FMF, Juan Carlos Rodríguez, cuestionando tanto su elección como su conocimiento en temas futbolísticos.
Aunque estas opiniones podrían parecer genuinas, se sospecha que estas críticas tienen un trasfondo con un claro interés particular. El propietario de TV Azteca es socio de Grupo Orlegi de Alejandro Irarragorri, quien impulsó a Diego Cocca como seleccionador del equipo nacional. Por lo tanto, el despido de Cocca no solo representa un fracaso para Orlegi y Azteca, sino también el fin de un breve «dominio» en la lucha de poderes dentro de la FMF, lo cual ha generado una gran indignación en ellos.
Con Juan Carlos Rodríguez teniendo «autonomía» en la toma de decisiones, ahora solo queda esperar que este «destierro» de Orlegi/Azteca no sea simplemente un cambio de bando, sino que sea un paso hacia un nuevo equilibrio de poder en el fútbol mexicano. Sería beneficioso para el deporte nacional que no se restablezca el dominio de TV Azteca en alianza con Grupo Pachuca, ya que esto no favorecería a las Selecciones Nacionales en términos deportivos.
El despido de Diego Cocca ha dejado al descubierto las tensiones y rivalidades existentes en el ámbito del fútbol mexicano. Es necesario que se ponga en primer plano el bienestar del deporte y que se promueva un ambiente de colaboración y desarrollo, dejando de lado los intereses particulares. Solo así se podrá alcanzar un verdadero progreso en el fútbol mexicano y asegurar el éxito de las Selecciones Nacionales en el ámbito internacional.
