En un acto que fue catalogado como histórico para la política mexicana, Claudia Sheinbaum se alzó como la ganadora indiscutible en el proceso interno de Morena. Lo que hizo que este evento fuera aún más significativo fue la afirmación de AMLO de que este triunfo representa un ejemplo inédito de ejercicio democrático en un país donde, durante décadas, e incluso siglos, la imposición y el dedazo habían sido la norma.
Con un tono de satisfacción en su voz, AMLO proclamó: «Ese es el resultado, así quedaron y Claudia Sheinbaum, en las cinco encuestas, sale con más aceptación, hay que aclarar que las empresas encuestadoras las propusieron los participantes». AMLO destacó que la encuesta se aplicó a 12,500 ciudadanos, y que la pregunta clave era: «¿A quién quieres?» Esta sencilla pregunta, aparentemente, fue suficiente para definir la voluntad del pueblo mexicano y el rumbo de Morena.
El gesto más simbólico de este proceso democrático será la entrega del «bastón de mando» por parte de AMLO a Claudia Sheinbaum. El presidente lo describió como un símbolo de la lucha por los más pobres y como una responsabilidad que le tocó atender y que ahora transferirá a la futura coordinadora del movimiento de transformación. Este bastón no solo simboliza el liderazgo en Morena, sino que también representa un compromiso con la causa de ayudar a los pobres de México.
Sin embargo, este proceso democrático no estuvo exento de controversias. La inconformidad de Marcelo Ebrard, una figura clave en el partido y un amigo cercano de AMLO, ha levantado dudas sobre la unidad de Morena. AMLO expresó su aprecio por Marcelo Ebrard y su esperanza de que este decida apoyar la transformación, aunque reconoció que es libre de tomar la decisión que considere conveniente. La postura de Ebrard será una cuestión importante a seguir en los próximos días.
