En un giro sorprendente en el panorama político y legal de México, la Fiscalía de la Ciudad de México anunció la detención de Uriel Carmona Gándara, el fiscal general del estado de Morelos. Carmona enfrenta acusaciones por su presunta participación en delitos relacionados con la procuración y administración de justicia. La aprehensión tuvo lugar con la colaboración de agentes de la Policía de Investigación y en coordinación con la Secretaría de Marina (Semar), lo que resalta la gravedad de las acusaciones en su contra.
La detención de Uriel Carmona Gándara fue un acontecimiento que no dejó indiferente a la opinión pública. El fiscal se entregó voluntariamente después de que agentes de la fiscalía le presentaron una orden de aprehensión en su contra. Sin embargo, el procedimiento no estuvo exento de controversia, ya que Carmona afirmó que se estaban violando sus derechos como servidor público, ya que alegaba contar con fuero constitucional.
La operación conjunta de la Semar y la Fiscalía General de la República (FGR) comenzó temprano en la casa de Carmona Gándara, ubicada en la avenida Copalhuacan de la colonia Quintas Martha. En una entrevista, el fiscal expresó su desconcierto acerca de los motivos detrás de la investigación en su contra. Afirmó que esta situación era de naturaleza política, insinuando que su relación con el gobierno de Cuauhtémoc Blanco podría haber influido en las acusaciones en su contra. A pesar de sus afirmaciones, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ya había dictaminado que gozaba de fuero.
Carmona Gándara declaró sentirse acosado por las autoridades desde la llegada de Cuauhtémoc Blanco como gobernador, alegando que su afinidad con el exgobernador Graco Ramírez había generado intentos de removerlo de su cargo. Aseguró su inocencia en relación con cualquier acto ilícito y mostró su determinación para limpiar su nombre.
