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Carlos III es coronado rey del Reino Unido

Carlos III de 74 años y su esposa, Camila, fueron coronados este sábado reyes del Reino Unido en la Abadía de Westminster, en el corazón de Londres, la solemne y emotiva ceremonia estuvó presidida por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, primado de la iglesia de Inglaterra.

Sentado en la silla de roble de San Eduardo, considerado el mueble más antiguo del Reino Unido y colocado sobre un piso de mosaico medieval, Carlos III fue coronado tras recibir las distintas insignias reales, que simbolizan las responsabilidades como el jefe de Estado británico hasta el día de su muerte.

Con la mano sobre la Biblia, el rey prestó juramento.

El momento más importante de este acto protocolario, fué cuando el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, colocó sobre la cabeza de Carlos III la suntuosa corona de San Eduardo, del siglo XVII, que no había sido utilizada desde la coronación de su madre, en 1953.

Tras colocarle la corona, el arzobispo gritó a la congregación «Dios salve al Rey», tras lo cual se escucharon trompetas.

Antes, el monarca fue ungido con aceite consagrado por el arzobispo de Canterbury, el rito religioso más solemne de la liturgia de la coronación, que requiere que el monarca esté temporalmente oculto al público.

El soberano quedó velado por un panel de tela bordada con motivos de ángeles y un árbol con 56 hojas que representan a cada uno de los países de la Mancomunidad Británica de Naciones, bendecida en la Capilla Real del Palacio de St James hace una semana.

El arzobispo invitó entonces a todas las personas, desde donde estuviesen viendo o escuchando la coronación, a jurar lealtad al nuevo rey, una primicia histórica que busca la democratización de la ceremonia, pero que provocó fuertes críticas de los antimonárquicos.

Posteriormente la reina Camila fue coronada en un ritual más sencillo.

Los herederos de la corona Guillermo y Catalina siguieron la ceremonia religiosa sentados en primera fila.

Aproximadamente asistieron 2,300 invitados, entre ellos figuras como la primera dama estadounidense Jill Biden, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y los reyes Felipe VI y Letizia de España, además de cientos de representantes de la sociedad civil británica.

El príncipe Harry, hijo menor de Carlos, se sentó junto a sus primos en la tercera fila, sin su esposa Meghan Markle, que se quedó en California con sus dos hijos.

Durante el protocolo se utilizarón tres coronas engarzadas de diamantes: una para Camila y dos para Carlos III, ya que la de San Eduardo solo se lleva en el momento preciso de la coronación.

También se usarón varios ropajes antiguos bordados con oro que el rey fue vistiendo progresivamente durante la ceremonia, tres cetros, una espada cubierta de piedras preciosas y un par de espuelas de oro.

Carlos se mostró solemne mientras juraba gobernar con justicia y defender la Iglesia de Inglaterra, de la que es titular. El Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, le ungió las manos, la cabeza y el pecho con óleo vegano consagrado en Jerusalén.

Tras el servicio religioso, Carlos y Camilla, de 75 años, partieron en el Gold State Coach de cuatro toneladas construido para Jorge III, el último rey de las colonias americanas de Gran Bretaña, para dirigirse al palacio de Buckingham.

En Buckingham Palace, los monarcas aparecieron en el balcón para saludar. Ataviados con sus coronas y trajes ceremoniales, los reyes estuvieron acompañados por el heredero al trono Guillermo y su esposa Catalina, en el balcón no estuvó su hijo Harry.

 

 

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