Tragedia en la frontera: dos migrantes hallados muertos en barrera del Río Bravo
La tensión en la frontera entre México y Estados Unidos alcanza un nuevo nivel de gravedad tras el trágico hallazgo de dos cuerpos sin vida en el muro de boyas instalado en el río Bravo por el Gobierno de Texas. Este miércoles, la Cancillería mexicana confirmó en dos comunicados el sombrío descubrimiento que resalta la creciente preocupación por la seguridad y los derechos humanos de los migrantes.
El primer cuerpo fue encontrado atascado en la parte sur de las boyas, en las inmediaciones del municipio de Eagle Pass, según informaron las autoridades estadounidenses alrededor de las 14.35 horas. Poco después, a aproximadamente cinco kilómetros de distancia, cerca de la ciudad de Piedras Negras, un equipo del Instituto Nacional de Migración localizó el segundo cuerpo sin vida. Hasta el momento, ninguno de los dos migrantes ha sido identificado, y sus nacionalidades permanecen desconocidas.
Este sombrío suceso ha intensificado aún más las tensiones en la ya convulsa relación diplomática entre México y Estados Unidos. La instalación de la barrera flotante, compuesta por grandes boyas naranjas que se extienden a lo largo de 350 metros en el río, ha desencadenado una controversia que trasciende las fronteras geográficas. El Gobierno de Texas erigió esta estructura con el objetivo de evitar que los migrantes crucen la frontera, lo que provocó una firme reacción del Gobierno mexicano.
El presidente Andrés Manuel López Obrador expresó su enojo enviando una nota diplomática a su contraparte estadounidense. Sin embargo, la situación se agravó aún más cuando el Gobierno de Joe Biden presentó una demanda contra Texas por la controvertida medida. La barrera flotante, instalada sin el consentimiento ni los permisos de las Administraciones federales, ha generado no solo una crisis política sino también humanitaria.
El trágico desenlace de esta disputa fronteriza no hace más que resaltar las consecuencias mortales que pueden surgir de tales medidas. Grupos de migrantes habían advertido durante días que la barrera representaba un peligro y que algunos individuos se habían quedado atrapados, requiriendo rescate. Este miércoles, esas advertencias se convirtieron en realidad cuando el muro flotante cobró sus primeras dos vidas.
La Cancillería mexicana ha vuelto a condenar la presencia de la barrera, argumentando que viola la soberanía del país y tiene un impacto negativo en la seguridad y los derechos humanos de los migrantes. El comunicado emitido por la Cancillería subraya la preocupación por el rumbo que han tomado las políticas estatales de Texas, que chocan frontalmente con la colaboración entre México y el Gobierno federal de Estados Unidos.
